¿Por qué febrero es el mes más corto del año?

*Astronomía y supersticiones romanas han dado origen a la duración de este mes

Xalapa, Ver., 14 de febrero de 2024.- La duración del mes de febrero, el mes más corto del año, se debe a orígenes históricos resultado de la combinación de la astronomía y supersticiones romanas; la singularidad de este mes en el año es que tiene 28 o 29 días y a pesar de ser el segundo mes del año, alguna vez fue el último.

De acuerdo al calendario gregoriano, febrero es el segundo mes del año y el más corto: tiene 28 días en los años comunes y 29 en los años bisiestos. El nombre “Febrero” proviene de las februa en las Lupercales; el festival de la purificación en la Antigua Roma: sabinos (uno de los pueblos antiguos que habitaron la Italia prerromana) celebran la fiesta anual de purificación que llamaban februa, en una fecha que sería el 15 de febrero.

 
         
Después de la fundación de Roma y el surgimiento del Imperio romano, la urbe dominante tomó prestado el nombre de las fiestas ‘februas’ para designar el mes en que estas tenían lugar, que por entonces era el último del año y tenía 29 días, Sin embargo, Julio César, en su reforma en el año 45 a.C., dejó a febrero con 28 días.

 De acuerdo a la tradición, se le atribuía a Rómulo, uno de los fundadores de Roma, la creación de un calendario de 304 días en 10 meses, dejando afuera a los meses de enero y febrero hasta el equinoccio de primavera.

Según la historia, Numa Pompilio, quien fue el segundo rey de Roma, dividió el año en doce meses, para ello aumentó dos meses más, las leyendas de Rómulo y Numa explican el calendario romano, vigente por siglos. Numa, realizó el ajuste de los meses a 31 y 29 días, de acuerdo a la superstición romana que veía los impares como de buena suerte.

Pese a ser considerado de buena suerte, el calendario enfrentó una limitación matemática al tener un número par de días. La mejor solución para eso fue restar un día a febrero, considerado, quizás, menos importante al ser el último año. De esta manera, este mes, reubicado en el siglo V antes de nuestra era, compensaba desajustes, pese a que el calendario seguía imperfecto. La explicación de esto se resume en preferir un mes de mala suerte que un año entero. A partir de ahí febrero se utilizó para compensar desajustes en el calendario.