¿Qué significa la palabra Woke y por qué provoca tanta controversia? 

Una palabra que ha cobrado relevancia en los últimos años en el debate público y político es la palabra de origen inglés: “woke”, pretérito del verbo “wake” que significa “Despertó”. El término surgió en la década de los 60’s, en la comunidad afrodescendiente de los EEUU, y surge como una advertencia para estar “alertas o atentos” ante las injusticias sociales que ha padecido esta comunidad a manos de las fuerzas del orden. 

Aunque el término “woke” ha ganado protagonismo en la última década por el movimiento Black Live’s Matter en respuesta a la brutalidad policíaca contra los afrodescendientes. Actualmente el uso de este término trascendió a esta comunidad, impregnándolo de un significado más amplio: estar consciente o bien informado política o culturalmente, es decir, ya no solo aborda temas raciales, sino también otros como, la identidad de género y el feminismo. 

Al termino “woke” también se le califica como un movimiento doctrinario, fanático y pernicioso. El obvio punto de vista de los opositores al movimiento. Como políticos conservadores y miembros de la élite económica que además lo califican como un movimiento que asume superioridad moral, imponiendo sus ideas a los demás, como el uso de pronombres neutros y una diversidad de géneros sin sentido, a pesar de que biológicamente, en términos generales existen dos géneros: mujer y hombre.

 ¿La izquierda es woke?

 La filósofa estadounidense Susan Neiman, quien estudió filosofía en la Universidad de Harvard y en la FU de Berlín, fue profesora de filosofía en la Universidad de Tel Aviv y Yale, y quien actualmente es directora del Einstein Forum en Potsdam, Alemania; en el 2024 publicó el libro “Izquierda no es woke”. En su libro reflexiona acerca del por qué la izquierda no es lo mismo que el wokismo. Pues tiene claro que no se debe permitir que el movimiento Woke se apropie de lo que significa políticamente la izquierda, también opina que los que no se identifican con este movimiento, tampoco quiere decir que son reaccionarios. 

Neiman señala que las luchas históricas de la izquierda no son las mismas del movimiento Woke, ya que este último nace originalmente como una forma de manifestación en contra de la discriminación racial hacia los afrodescendientes en EEUU y que en la última década a sido dominada más por conceptos identitarios. 

Al contrario del movimiento de izquierda, que nace esencialmente de las injusticias sociales en contra de las clases más vulnerables, que han sido objeto de explotación de las élites económicas desde el siglo XIX, la autora subraya en su obra, que al movimiento Woke no lo ve como una política de identidad, ella lo llama tribalismo, este grupo de personas conscientes o no, se identifican más como víctimas, porque esperan algún tipo de reparación. 

Neiman está convencida que el victimismo se ha convertido en una especie de autoridad ante la sociedad. Neiman, también reflexiona en que es importante distinguir entre justicia y poder y la cuestión del progreso humano, cree que son más importantes que la cuestión de identidad, pero menos atendidas. Además, que lo Woke se construye sobre una base de emociones que coinciden con la izquierda, (se identifican con los oprimidos), pero la cuestión es que las emociones están separadas de las ideas, ya que utilizan ideas muy reaccionarias.