*La miopía podría generar problemas de visión más grave en etapa adulta
*La falta de tiempo al aire libre es una de las razones fundamentales para el desarrollo de la miopía en niños
Xalapa, Ver., 14 de noviembre de 2023.- De acuerdo a investigaciones el índice de niños que necesitan gafas para ver de lejos (miopía) ha ido en aumento y de acuerdo a cálculos establecidos se proyecta que para el 2050 el cincuenta por ciento de la población mundial padecerá dicha afección. Un ejemplo claro es España, donde los casos de miopía en menores de edad son de uno por cada cinco niños en edad escolar, esto indica que la miopía ha aumentado un veinte por ciento en seis años.
En Estados Unidos, en los años setentas, el veinticinco por ciento de los norteamericanos tenía miopía, en tres décadas esta aumentó al cuarenta y dos por ciento. Aunque el factor genético es el responsable de algunos de los casos de miopía, los científicos están seguros que tanto el medio donde se desenvuelven los niños y las circunstancias que enfrentan también impacta en la afección que está aumentando actualmente.
Es por eso que los investigadores han empezado a estudiar las razones de este aumento vertiginoso y a idear la manera de ralentizar e invertir el deterioro de la visión de los niños, dado que este problema es importante pues determina su calidad de vida en general y el riesgo de la pérdida de visión en las etapas posteriores de su vida
“Los niños se están volviendo miopes a un ritmo nunca antes visto” declaró Nick Onken, optometrista de la Universidad de Alabama en Estados Unidos, “es más rápido de lo que puede explicar incluso la genética por sí sola” y añadió: “Sabemos desde hace décadas que cuanto más miope es una persona, más probabilidades tiene de perder la visión cuando sea mayor, debido a afecciones como el desprendimiento de la retina, glaucoma, degeneración macular y cataratas”
¿Qué es la miopía?
La miopía es un desajuste entre la velocidad de crecimiento del ojo y el lugar donde la luz enfoca la retina, por eso suele comenzar en la infancia. “La miopía se debe a que el ojo es demasiado largo” explicó la especialista en oftalmología de Purchase, Nueva York, Carolyn Lederman, quien agregó: ”Cuando todo el globo ocular crece más de lo debido, se crea una situación en la que los componentes de enfoque del ojo (la córnea y el cristalino) dirigen la luz justo delante de la retina, en lugar de sobre ella, lo que provoca que los objetos lejanos aparezcan borrosos, es por ello que la edad a la que un niño se vuelve miope por primera vez, suele predecir lo mal que acabará viendo”
Es por ello que el mayor factor de predicción de la miopía es el momento en que se adquiere, señaló Jeffrey Walline, optometrista y decano asociado de investigación de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos. Como explica Jeffrey Walline, mientras más joven sea el niño que padece miopía, peor acabará siendo, debido al tiempo que el globo ocular pasa creciendo más de lo debido. “En la mayoría de los niños, la visión se estabiliza al final de la adolescencia, aunque en una minoría de individuos este proceso dura hasta mediados de los veinte años” indicó.
Por su parte, Ann Shue, oftalmóloga de la Universidad de Stanford, explicó que, además de necesitar gafas correctoras o lentes de contacto para ver de manera correcta, las personas con miopía también presentan el riesgo, en un momento de su vida, de desarrollar problemas de visión más adelante: “Cuando el ojo es un poco más grande de lo que debería, se estira, como la masa de una pizza, lo que puede afectar a los delicadísimos nervios y vasos sanguíneos de la retina que están pegados a la parte posterior del ojo” y añadió: “A medida que envejecemos, esto puede tirar de la retina y causar problemas como glaucoma, desprendimiento de la retina o degeneración macular”
¿Por qué están aumentando las tasas de miopía en niños?
Aunque las razones del aumento en las tazas de miopía son complicadas y es muy probable de que son varios factores que la produzcan o contribuyan al aumento, un sinnúmero de estudios señalan de manera sistemática que las razones fundamentales son la falta que tienen los niños de estar al aire libre, la falta de tiempo al aire libre son uno de los principales factores de riesgo para que un niño desarrolle miopía.
Una teoría sobre la relación directa entre la falta de tiempo al aire libre y un mayor riesgo de desarrollar la miopía es el efecto de la luz exterior, la luz solar, en la estimulación de la liberación de dopamina, que actúa como una señal para frenar el crecimiento del ojo. Al respecto, Ian Morgan, profesor de la Universidad Nacional de Australia, cuyas investigaciones se centran en la miopía, apuntó: “La luz más brillante libera más inhibición del crecimiento ocular, lo que impide que el ojo crezca demasiado”
“Lo que está menos claro, es el efecto del tiempo frente a las pantallas digitales en el trabajo o en casa, o la lectura que se realiza en ellas para generar un riesgo para desarrollar miopía debido a que los índices en el aumento de esta afección comenzaron antes de que se introdujera en el mercado el primer Iphone” comentó David Bernsten, optometrista de la Universidad de Houston, Texas. Sin embargo, algunos estudios sugieren que el tiempo que pasan los niños frente a pantallas digitales están relacionados con un mayor riesgo a desarrollar miopía, otros estudios señalan que no existe ninguna relación en este sentido.
¿Puede reducirse la gravedad de la miopía?
Para explorar si existen intervenciones que pudieran ralentizar los cambios en la visión, los investigadores pusieron en marcha el estudio BLINK, en el que doscientos noventa y cuatros niños de entre siete y once años recibieron lentes de contacto (algunas normales, monofocales, y otras bifocales) que, según se ha demostrado en estudios anteriores, ralentizan la progresión de la miopía (tanto Bernsten como Walline participaron en el estudio BLINK).
Estas lentes de contacto especiales, que suelen recetarse a pacientes mayores que necesitan gafas bifocales, enfocan la mayor parte de la luz en la retina, proporcionando al usuario una visión central nítida, al tiempo que hacen que una pequeña cantidad de luz en la visión periférica se enfoque justo delante de la retina.
Este ligero desenfoque de la visión periférica parece actuar como una señal para que el ojo ralentice su crecimiento. Katie Krueger, estudiante de tercer año de la Universidad Lee de Cleveland (Tennessee; Estados Unidos) que participó en el estudio BLINK, afirma: «No noté nada muy diferente [en mi visión]» mientras llevaba estas lentes de contacto. El hecho de que no detectara ninguna diferencia indica que su visión funcionaba perfectamente con las lentes de contacto.
En el caso de Krueger, aunque su visión empeoró un poco en los años siguientes, finalmente se estabilizó, dejándola con una miopía leve. En otros estudios, se ha demostrado que el uso diario de un colirio especial, denominado atropina de baja concentración, también ralentiza la progresión de la miopía. En concentraciones normales de alrededor del 1%, la atropina se utiliza para dilatar la pupila en los exámenes oculares. Pero a concentraciones muy bajas, normalmente entre el 0,01 y el 0,05 por ciento de solución, las gotas de atropina justo antes de acostarse han demostrado ralentizar el crecimiento del globo ocular. En este momento, sin embargo, sigue habiendo dudas sobre qué dosis es la más eficaz y si la eficacia varía según los niños. Aunque aún se están afinando los detalles, se trata de un tratamiento prometedor.
«El uso de cualquiera de esos tratamientos parece ralentizar el ritmo de crecimiento del ojo entre un 50 y un 60 por ciento», afirma Onken; «no podemos parar el tren, pero podemos ralentizarlo».
Detener la miopía antes de que se desarrolle
Los investigadores están empezando a idear formas de detener la progresión de la miopía antes de que empiece. Para ello, intentan predecir qué niños desarrollarán miopía. «En realidad, el crecimiento más rápido del ojo se produce justo antes de convertirse en miope», afirma Jeffrey Walline. Walline, junto con sus colaboradores, está trabajando en la puesta en marcha de ensayos clínicos para prevenir o retrasar la aparición de la miopía en los niños, utilizando gotas oftálmicas de atropina a dosis bajas. Este estudio será similar a otros realizados en el pasado, fuera de Estados Unidos, que demuestran que las gotas oculares de atropina a dosis bajas pueden retrasar la aparición de la miopía en los niños. Así, si un niño desarrolla miopía, el tratamiento para retrasarla es el mismo que para prevenir su aparición.
Algún día, el objetivo será poder ofrecer estas opciones a todos los niños con riesgo de desarrollar miopía. «Esto tiene enormes beneficios sólo en términos de vida práctica y enormes beneficios en términos de las posibles consecuencias a largo plazo», dice Morgan: «Creo que en los próximos 10 años esto se convertirá en una práctica optométrica estándar».