CETERIS PARIBUS
Dr. Alberto Cruz Juárez
El recién Informe de Pobreza en México 2022 publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) muestra los resultados de la medición multidimensional de la pobreza e indicadores de carencias sociales. En él se indican los avances y retos que deberán tener presentes las autoridades federales, estatales y locales en su búsqueda de alcanzar mejores niveles de vida para la población. A este respecto, ¿cómo salió el Estado de Veracruz en este Informe?, ¿cuáles han sido los logros y retrocesos que se deben identificar?, y ¿cuáles son los retos que como entidad federativa debemos superar? Veamos…
Este Informe estima que la entidad federativa de Chiapas fue la que presentó el mayor porcentaje de población en situación de pobreza para el 2022 con el 67.4%, seguido de Guerrero (58.4%), Oaxaca (58,4%), Puebla (54%) y Tlaxcala (52.5%). Lo contrario sucedió con Baja California Sur, cuyo porcentaje de población en situación de pobreza fue la más baja del país, con el 13.3%, seguida de Baja California (13.4%), Nuevo León (16.0%)., Chihuahua (17.6%) y Coahuila (18.2).
Lo anterior deja ver la histórica brecha regional entre el norte y el sur del país, la cual se ha ido reduciendo en lo que va de esta administración federal al considerar quiénes son las entidades federativas que lideraron el crecimiento económico al cierre del último trimestre 2019, e inicios del primero del 2023, a saber: Tabasco (24.3%), Oaxaca (12.6%), Baja California (9.4%) y Quintana Roo (7.8%), situación que se explica por los megaproyectos del gobierno federal en esta región del país y que se esperan generen efectos multiplicadores en otros estados de la región sur-sureste.
Entre los megaproyectos en dicha región destacan: la Refinería Olmeca: en Tabasco; el Tren Maya: en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán; el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec: en los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas y Oaxaca.
Desde luego, el crecimiento económico per se no es sinónimo de mejoría en el bienestar, pero sí sienta las bases para crear riqueza. El punto está en que esa riqueza logre permear a las mayorías, cosa que el gobierno puede hacer con sus políticas redistributivas (políticas de bienestar, carga impositiva más alta a los que más tienen, entre otras medidas).
En lo que respecta al Corredor Interoceánico existen muchas expectativas de que detone toda la región del sureste de México y que sea tan atractivo para las empresas que éstas apuesten por invertir allí. Si se logra que un porcentaje importante del cúmulo de IED, que está llegando al país por el efecto del nearshoring (relocalización de la producción), se quede en la región, entonces la brecha entre el norte y el sur del país se irá reduciendo paulatinamente. En este sentido, es un acierto que las autoridades hacendarias hayan otorgado incentivos fiscales para aquellas empresas que decidan establecerse en dicho Corredor para, de esta forma, volverla más atractiva.
Retomando el fondo, en cuanto a la pobreza extrema el Informe muestra que las cinco entidades federativas que presentaron el mayor porcentaje de su población, en esta condición, fueron: Chiapas (28.2%), Guerrero (22.2%), Oaxaca (20.2%), Veracruz (13.1%) y Puebla (11.4%).
Ahora bien, al analizar en detalle al Estado de Veracruz se observan los siguientes resultados:
Como se indica en el cuadro de arriba, en Veracruz ha habido una marcada reducción del porcentaje de personas en situación de pobreza, incluso a pesar de la crisis sanitaria del 2020, que disparó la pérdida de empleos y redujo la actividad económica en general. Así lo revelan datos de CONEVAL, pues mientras que en el 2018 el 60.2% se encontraban en dicha condición, para 2022 el porcentaje fue de solo 51.7%. El Estado tiene actualmente un aproximado de 8 millones de habitantes, de los cuales en 2018 había 4.78 millones en esta condición, mientras que en 2022 se ubicó en 4.24 millones de veracruzanos, es decir, que alrededor de 54,000 veracruzanos han salido de esta situación.
Es necesario recordar que CONEVAL define pobreza como aquella condición que presenta una persona cuando tiene al menos una carencia social de los seis que considera (rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
Ahora bien, de acuerdo al mismo Informe, el porcentaje de personas en pobreza extrema ha disminuido en Veracruz, ya que mientras en 2018 este fue de 16.1%, en 2022 se ubicó en 13.1%. En números absolutos ello significó que mientras en 2018 existían 1.28 millones de personas en esta condición, para el 2022 solo se registraron 1.08 millones, lo que evidencia que se lograron rescatar de esta situación a 2,000 veracruzanos.
No está de más recordar que para el CONEVAL la pobreza extrema sucede cuando una persona tiene tres o más carencias sociales y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. En esta condición la persona dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
El punto que preocupa es el porcentaje de población vulnerable por carencias sociales, el cual pasó de 20.7% en 2018 a 26.7% en el 2022. A pesar de ello, al interior de este rubro la mayoría de los indicadores mostraron mejoría: rezago educativo, el cual pasó de 26.4% a 25.5%; carencia por acceso a seguridad social de 65.7% a 60.9%; carencia por calidad y espacios de la vivienda de 16.9% a 12.6%; carencia por acceso a los servicios básicos de la vivienda de 42.1% a 37.4%; y, carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad de 28.5% a 21.6%. En este caso, la carencia social que empeoró fue el de acceso a los servicios de la salud, el cual pasó de 16.7% en 2018 a 49.2% en 2022.
Lo anterior se puede explicar, en parte, a la restructuración que se está haciendo para rearticular al sector salud a nivel nacional. Recordemos la desaparición del Seguro Popular para dar paso al IMSS Bienestar, en donde se destaca la centralización de las compras gubernamentales con un proveedor único hacia las entidades federativas. La justificación de esta reingeniería es que la compra consolidada permite mayor poder de negociación al comprador (en este caso el gobierno actúa como un gran monopsonio o único comprador), generando ahorros significativos en las compras. Además, se debe recordar que en este proceso el gobierno federal enfrentó a poderosos monopolios económicos de farmacéuticas que eran las únicas proveedoras de medicamentos, por lo cual se tuvo que recurrir a licitaciones internacionales para generar mayor competencia en este mercado.
En materia de bienestar económico, el Informe muestra que el Estado de Veracruz ha tenido mejoría. De esta forma, la población con ingreso inferior a la línea de la pobreza extrema por ingresos pasó de 26.2% en 2018 a 18.8%. En población, esto se traduce que mientras en 2018 existían 2.08 millones de veracruzanos en esta condición, para 2022 fue solo de 1.54 millones, lo que significa que alrededor de 54,000 veracruzanos dejaron de padecer este flagelo.
Por su parte, la población con ingreso inferior a la línea de la pobreza por ingresos también mejoró para el Estado. Así, mientras en 2018 el 67.1% de la población veracruzana padecía esta condición, para 2018 solo se registraron 57.7%. En términos absolutos significa que mientras en 2018 habían 5.33 millones de veracruzanos en esta situación, para 2022 solo había 4.73 millones, es decir, que 6,000 veracruzanos más están fuera de esta condición.
Los datos anteriores del rubro de bienestar económico detallan el impacto que están teniendo las transferencias gubernamentales a cerca de 25 millones de familias mexicanas en todo México. Sin duda, podríamos estar mejor, pero hay que tener en cuenta que el éxito de las políticas públicas dependen también de factores que muchas veces escapan del control gubernamental. Cito por ejemplo la escalada inflacionaria que se desató a partir de la Guerra de Rusia con Ucrania que encareció los insumos agrícolas (fertilizantes) y los alimentos. De la misma forma, la tragedia humana del COVID-19 que generó efectos económicos y sociales negativos en la lucha contra la pobreza. Es por esta razón que el año 2020 fue excluido de este análisis, ya que al ser un año atípico impide un análisis objetivo de la realidad. De ahí que la comparación haya tomado el año base de inicio de la administración en 2018 y el 2022.
El gran reto que enfrenta Veracruz es redoblar esfuerzos para garantizar el acceso efectivo a los servicios de la salud, pues a pesar de que haya transferencia para un número significativo de familias veracruzanas, si éstas no tienen acceso a los servicios de salud, éstas tendrán que tomar dinero de lo que reciben para acceder a este servicio, reduciendo así su ingreso disponible para gastar en otros rubros.
En opinión de quien aquí escribe nos encontramos en un momento clave de la historia de nuestro país y del Estado, en donde los mexicanos tendremos que hacer una pausa para evaluar los avances, retrocesos, y los pendientes de esta administración, y valorar dar o no continuidad al modelo económico y social que se está implementando. Los datos, aunque fríos, ahí están, nos muestran que la inversión en bienestar social tiene efectos que van más allá de los económicos. Permiten a los individuos alcanzar su potencial, desarrollar capacidades y lograr el plan de vida que valoran. Una sociedad con menos pobreza y más bienestar reduce la polarización social, contribuye a la estabilidad y paz social, lo cual conduce a la justicia social.
Fuentes:
Resultados de pobreza en México 2022 CONEVAL
Anexo estadístico por entidades federativas (Pobreza en México 2022 CONEVAL)
